Primer mes (de la primera a la cuarta semana de gestación): la hora cero
Para los padres es el clímax de una noche, para su hijo el comienzo de la existencia: de la fusión de un espermatozoide y un óvulo surge una nueva vida. En esta hora cero, el huevo fecundado mide sólo 0,12 milímetros, pero ya está determinado en su herencia genética si es un niño o una niña o si tendrá los ojos marrones de su madre o pelo liso o rizado.
A las cuatro horas, el cigoto comienza a dividirse en el cuerpo de la mujer en dos células exactas. Y así continuamente, las células siguen dividiéndose.
A los cinco días el conjunto celular, con forma bastante esférica, se desplaza hasta la matriz por las trompas de Falopio y anida en la mucosa uterina. En ese momento tiene el tamaño de la cabeza de un alfiler. Pocos días después, un test de embarazo ya puede avisar de que un bebé está en camino.
Los médicos, sin embargo, tienen otro cálculo temporal y dicen que el bebé ya tiene cuatro semanas pese a que la fecundación ocurrió hace solo 14 días. Su cálculo comienza el primer día de la última menstruación.
Segundo mes (de la quinta a la octava semana de gestación): el corazón late
Los vasos sanguíneos que se han desarrollado entre tanto están conectados a la circulación sanguínea de la madre. Poco a poco, vas notando que está creciendo un pequeño ser dentro de ti. En la quinta semana comienza a latir su corazón y aparecen las diminutas manitas y pies. Unos días después, elembrión ya puede girar su cabecita.
A finales del segundo mes ya están formados todos los órganos y sistemas orgánicos. Tu bebé se mueve de modo perceptible: su tórax sube y baja rítimicamente como si respirara y puede estirarse y encogerse.
A finales del segundo mes tu bebé ya mide unos dos centímetros y pesa unos diez gramos.El movimiento es importante para el desarrollo de tu bebé. Sus experiencias sensoriales influyen el desarrollo de su cerebro.
Tercer mes (de la novena a la 12ª semana de gestación): las primeras grandes sensaciones
A partir de la décima semana de gestación tu bebé puede sentir estímulos en su piel. Su hígado comienza a producir bilis y aproximadamente al finalizar el tercer mes bebe ya líquido amniótico y lo expulsa después. Con ese gesto de tragar entrena pulmones y riñones.
La corteza cerebral empieza también a crecer para convertirse en el futuro en la parte del cerebro que, según los científicos, alberga la personalidad de la persona.
Tu bebé participa en tu vida. Siente excitación, alegría o estrés. Si te asustan, la adrenalina liberada en tu sangre le provoca palpitaciones.
A finales del tercer mes el feto mide unos seis centímetros y pesa unos 23 gramos.
Cuarto mes ( de la 13ª a la 16ª semana de estación): Vivas volteretas
Es ahora cuando crecen las “turbulencias” en tu vientre. Las vías nerviosas del cuerpo de tu bebé se han unido ya de tal formal que puede girarse, flotar e incluso dar volteretas. El bebé tiene aún mucho espacio y en sus “aventuras” puede tocar ligeramente la pared del útero. Muchas embarazadas sienten este tierno movimiento alrededor de la 15ª semana. Poco a poco se mueven también los globos oculares del feto, aún bajo los párpados firmemente cerrados.
A finales del cuarto mes de embarazo tu bebé mide unos 16 centímetros y pesa alrededor de 100 gramos.
Quinto mes (de la 17ª a la 20ª semana de gestación): un pequeño gourmet
Tu bebé tiene que seguir creciendo y entrenándose para la vida fuera del útero. Por ejemplo, sus sentidos. En este mes desarrolla el sentido del gusto. En la 20ª semana de gestación, tu bebé tiene diez veces más receptores de sabores en su boca que después de nacer. Le gusta todo lo que sabe dulce. Los científicos han descubierto que al feto le encanta beber líquido amniótico cuando está enriquecido con algo que contenga azúcar.
También los oídos del bebé se preparan para recibir sonidos: sin embargo, al principio solo oyen tus latidos del corazón y el ruido que hacen tus tripas, así como tu voz.
A finales del quinto mes, tu bebé mide unos 25 centímetros y pesa unos 380 gramos.
Sexto mes (entre la 21ª y la 24ª semana de gestación): el primer hipo
Con un poco de suerte, en la ecografía que se hace en torno a la 20ª semana de embarazo puedes observar ya cómo se chupa el dedo tu bebé. Quizá juegue también con el cordón umbilical, pues ya funciona su reflejo de agarre. Le interesa su cuerpo, acaricia su cara con sus manitas, se toca sus bracitos y piernas. Además, sus movimientos se hacen más rápidos.
Al finalizar el sexto mes, tu bebé mide unos 30 centímetros y pesa entre 600 y 700 gramos.Tu bebé puede sentir dolor, se atraganta de vez en cuando con el líquido amniótico y tiene hipo, algo que sentirás como suaves empujoncitos en la pared abdominal.
Séptimo mes (de la 25ª a la 28ª semana de gestación): curiosidad por el mundo
Poco a poco el feto comienza a dirigir sus “antenas” al mundo exterior. Ya percibe lo que pasa fuera -ruidos del tráfico, voces de otras personas o música- y también desarrolla preferencias, como por la música suave
En este momento sus ojos ya están unidos a la corteza cerebral a través de las vías nerviosas. En torno a la 26ª semana de embarazotu bebé abrirá los párpados por primera vez. Aunque solo le llega alrededor del uno por ciento de la luz diurna, ya es sensible a la luz y mira con curiosidad en una dirección cuando colocas sobre tu vientre una fuente de luz fuerte, como, una lámpara de mesa.
Además, tu bebé se convierte ya en un “sibarita”. Los médicos han comprobado por ecografía que los fetos tienen erecciones cuando se chupan el dedo, muestra de que sienten un gran bienestar.
Además, tu bebé se convierte ya en un “sibarita”. Los médicos han comprobado por ecografía que los fetos tienen erecciones cuando se chupan el dedo, muestra de que sienten un gran bienestar.
A finales del séptimo mes de gestación tu bebé mide entre 35 y 38 centímetros y pesa entre 1.000 y 1.200 gramos.
Octavo mes (de la 29ª a la 32ª semana de gestación): tiernas sensaciones
Un pensamiento tranquilizador: si tu hijo llegara en estos momentos al mundo, ya podría vivir con ayuda médica. Sin embargo, este inicio de la vida prematuro sería aún bastante problemático, pues habría que apoyar con medicamentos la maduración de los pulmones y el bebé sería muy vulnerable a infecciones, además de tener que ser alimentado artificialmente.
El cuerpo del bebé está cubierto de lanugo, una fina pelusilla encargada, junto a la membrana llamada amnios, de que la piel del bebé no se reblandezca con el líquido amniótico.
El feto está cada vez más despierto y reacciona al contacto exterior. Siente cuándo colocas con ternura la mano sobre tu vientre o cuándo tu pareja presiona suavemente tu tripa con un dedo. Quizá el niño “responda” empujando también o acurrucándose desde dentro en el lugar donde se encuentra la mano.
Al finalizar el octavo mes de embarazo, tu bebé ya mide entre 40 y 42 centímetros y pesa entre 1.700 y 2.000 gramos.
Noveno mes (de la 33ª a la 36ª semana de gestación): último entrenamiento para la vida “real”
La cuenta atrás para el nacimiento corre, el bebé practica para la vida “real”. En tu seno tiene relativamente poco espacio, por lo que apenas puede girarse ya.
Ahora traga diariamente hasta tres litros de líquido amniótico y entrena así el estómago, las tripas y la vejiga. Se chupa el dedo con frecuencia y patalea con fuerza: así logra que su piel sea masajeada por la pared del útero. También abre ya los ojos con mayor frecuencia.
A finales del noveno mes tu bebé mide unos 47 centímetros y pesa entre 2.500 y 3.000 gramos.
Décimo mes (de la 37ª a la 40ª semana de gestación): ¡Allá voy, mundo!
Para estar preparado para las futuras oscilaciones de temperatura tras su nacimiento, tu bebé necesita unpanículo de grasa adecuado, algo que desarrolla en las últimas semanas.
Todos sus órganos están listos para entrar en funcionamiento y también las bases del cerebro están puestas: más de cien mil millones de neuronas esperan a ser “alimentadas”, en su mayor parte por las experiencias que tu bebé tendrá después de nacer. La memoria ya funciona en el seno materno. Los investigadores descubrieron que los fetos en la 37ª semana de embarazo son capaces de retener durante al menos 24 horas una serie de sonidos.
Después de la 40ª semana, tu bebé abandona el entorno en el que se ha desarrollado y entonces le beneficia todo lo que ha estado practicando: le tranquiliza tu voz, que le resulta tan familiar, bebe tu leche y disfruta de la seguridad que le proporciona estar entre tus brazos.